El futuro que viene con la “desaparición del SmartPhone

El futuro que viene cambiará por completo la utilización del SmartPhone tal y como lo conocemos. Podría hablarse de la “desaparición” del SmartPhone, y existen razones poderosas para afirmar que está a punto de producirse un cambio de tendencia y de paradigma tecnológico.

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No está lejos del presente, pero hace aproximadamente quince años, Steve Jobs, el Director Ejecutivo de Apple anunció tres nuevos productos tecnológicos que revolucionarían el mercado: un reproductor de música, un teléfono móvil y un comunicador de internet. En su presentación, los asistentes pudieron percatarse de que los tres productos eran, en realidad, un solo producto, el archiconocido iPhone. Ese hito supuso, no solo el relanzamiento de Apple, sino la aparición de una nueva era tecnológica que superó con creces al PC de escritorio, hasta entonces el centro de la computación personal.

En la actualidad, el iPhone ha desarrollado un basto abanico de aplicaciones y utilidades. Tanto es así, que el mismo Jobs se asombraría si siguiera entre nosotros. La pequeña pantalla se ha instalado en nuestras vidas de una manera asombrosa, dando utilidades en los aspectos más básicos de nuestra vida, como puede ser su utilización para realizar operaciones bancarias, la navegación, los juegos y mucho más.

Las ventas de hardware han enriquecido enormemente a Apple y a otros fabricantes de teléfonos móviles (se calcula, aproximadamente, en unos 530 mil millones de dólares el pasado año); también lo han hecho sus plataformas nativas en donde se realizan ventas de aplicaciones (que generaron más de 135 mil millones de dólares; y, por supuesto, los anuncios móviles (generando unos beneficios de, aproximadamente, 300 mill millones de dólares).

Hay claros indicios de que la era de los teléfonos inteligentes, tal y como lo conocemos, está llegando a su fin.

A pesar de esos números, en la actualidad hay claros indicios de que la tendencia está cambiando, y de que la era del teléfono inteligente está llegando a su fin, o al menos a una transformación tal y como lo conocemos. Es un datos cierto que la venta de smartphones han comenzado a disminuir relativamente desde el año 2016, debido principalmente a que las mejoras tecnológicas han permitido que los teléfonos se actualizan con menos frecuencia.

Esta tendencia se nota más en los países más desarrollados, saturados de esta tecnología. Por lo tanto, los inversores tecnológicos están dirigiendo su atención al próximo hito por aparecer, con la esperanza de posicionarse adecuadamente en el nuevo mercado que está apunto de abrirse, y que llevará consigo una revolución tecnológica nunca vista antes.

Las gafas de realidad virtual (VR) han experimentado un creciente aumento, debido principalmente a la situación extraordinaria de pandemia global que se ha vivido en los años recientes. Un paso más adelante, más prometedor, lo constituyen las gafas para experimentar la realidad aumentada (AR), en la que los gráficos de computadora se superponen en el mundo real, aportando una sensación de realidad.

La mayoría de las grandes tecnológicas, como Apple, Google, Meta, Microsoft, los gigantes asiáticos como ByteDance (el propietario de TikTok), Sony, etc., están invirtiendo cantidades millonarias en desarrollar las tecnologías VR o AR. La globalización de este mercado no ha hecho más que empezar.

Ya se habla por algunos grandes en la tecnología de la aparición de la próxima gran plataforma digital, aunque estas informaciones hay que tomarlas con cierta cautela, ya que pueden inducir a error.

Tenemos algunos antecedentes recientes que nos animan a ser prudentes, como el caso de las tabletas, que parecían un rival del teléfono inteligente, sin embargo, Apple aun gana mucho más vendiendo iPhones que iPads; el caso de las casas inteligentes parecía otra posible plataforma mega, pero hasta ahora Alexa y sus competidores similares sirven principalmente como reproductores de música y temporizadores; la tecnología del automóvil es otra plataforma con gran potencial, pero apenas parece querer arrancar. Y así con otros muchos productos tecnológicos de última generación.

No obstante lo anterior, puede apreciarse un movimiento gradual y constante por parte de los consumidores hacia un universo de nuevos dispositivos portátiles. Podemos hablar de auriculares inteligentes activados por voz, que pueden realizar llamadas, leer mensajes, entre otras muchas cosas.

El fenómeno de los smartwatches (relojes inteligentes), que manejan programación, son capaces de soportar la navegación, y constituir un complemento muy útil en actividades físicas como el fitness. Y así con una creciente variedad de gadgets que controlan aspectos tan importantes de nuestra vida, como la salud o los patrones de sueño.

Las gafas VR y AR pueden llegar a convertirse en el gadget más codiciado y útil de todos los dispositivos portátiles existentes.

Aunque, todo sea dicho, estos nuevos gadgets no consiguen reemplazar a los smartphones, ya que su uso sigue siendo accesorio. Pero, a medida que la computación comienza a desplazarse desde el bolsillo hasta las muñecas y los oídos, los consumidores comienzan a prestarle mayor atención.

A medida que las gafas VR y AR se vuelvan más livianas, más versátiles, y sean capaces de ofrecer una verdadera utilidad y/o entretenimiento en la vida actual (ni que decir tiene que, también, más baratas), pueden llegar a convertirse en el gadget más codiciado y útil del conjunto de dispositivos portátiles existentes actualmente (y, al menos en un futuro cercano).

No se puede afirmar que los smartphones estén en riesgo de desaparición, no al menos en nuestros días. Pero a medida que estos dispositivos empiecen a interactuar con más frecuencia con audífonos o gafas desarrolladas tecnológicamente, los smartphones empezarán a convertirse en un elemento cuasi-accesorio, aunque necesario.

Pero, si tenemos en cuenta el desarrollo que pueden experimentar los chips, que pueden adquirir dimensiones verdaderamente diminutas, es posible que dejen de utilizarse los teléfonos para interactuar con estos gadgets de última generación que están a punto de desembarcar en nuestras vidas.

Juan José González