No son pocos los que, en estos tiempos que nos está tocando vivir, se preguntan si los políticos están alarmando a la población de manera deliberada para, más adelante, suministrarle una vacuna, como si este producto fuera la única solución a los males que padecemos. Tampoco se puede pasar por alto que esos productos (las vacunas) generan ingentes cantidades de ganancias para las empresas farmacéuticas que, no nos engañemos, son negocios privados.

Estas preguntas, y otras más que no se formularán en este artículo, son las que han hecho que los movimientos anti-vacunas florecieran, especialmente con el caso del covid-19. Existen millones de personas por todo el mundo que opinan que todo forma parte de una inmensa campaña mediática y política, con propósitos mercantiles, políticos, sociales y globales, que pretenden resetear la sociedad que hemos conocido para moldearla nuevamente. Todo es y será nuevo: nueva normalidad, nueva realidad, etc. ¿os suena que siempre se utiliza vocablo nuevo para referirse a todos estos cambios?
El auge de los movimientos anti-vacunas amenazan la vacunación en masa contra el covid-19
El movimiento anti-vacunas es imparable. De hecho, el Centre for Countering Digital Hate, una organización no gubernamental que radica en el Reino Unido, ha puesto de manifiesto en su reciente informe titulado The Anti-Vaxx Industry, que las redes sociales han servido de plataforma para que los movimientos anti-vacunas hayan tenido un crecimiento de más de 58 millones de seguidores en todo el mundo. Según se desprende de ese informe, estos movimientos en auge amenazan, de forma real, la vacunación masiva de la población contra el covid-19 y, no lo olvidemos, con ello también se amenazan las inmensas ganancias que las empresas farmacéuticas obtendrían con la venta de esos productos (las vacunas), y los intereses político-globales existentes.
Diferentes personalidades alertan a la población de los peligros reales de las vacunas
Son muchos los motivos por los que los movimientos anti-vacunas están floreciendo de forma especial en estos días. El movimiento Children´s Health Defense, fue fundado por Robert F. Kennedy, Jr., hijo de Robert F. Kennedy y nieto del Presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy, lucha de forma decidida contra la vacunación de los niños. En su fundación se denominaba en su origen World Mercury Project, con el propósito de alertar a la población de la existencia del compuesto de mercurio timerosal en las vacunas, que las hacía inseguras y podían causar graves daños, como el autismo en niños, demencia y Alzheimer en adultos y en las personas mayores, entre otros trastornos y enfermedades.

En los últimos meses, Kennedy se ha destacado como defensor de esos movimientos y teorías que relacionan el covid-19 con Bill Gates, así como la nueva tecnología de comunicaciones llamada 5G, que está a punto de implementarse a nivel global, y de forma simultánea con la vacuna contra el covid-19 que está a punto de ser distribuida (en menos de un año, lo que hace sospechar de su efectividad y sus riesgos). Estos movimientos han generado un poderoso sentimiento en contra de la vacunación, como se desprende del siguiente artículo. Asimismo, ha dado voz a especialistas y activistas en diversos foros como YouTube, del que se destaca el siguiente video (titulado The Truth About Vaccines), y del que formaron parte destacadas personalidades norteamericanas en la lucha contra las vacunas: Judy A. Mikovits, Ph.D., Del Bigtree, Andrew Wakefield, Dr. Rashid A. Buttar, Dr. Sherry Tempenny, Ty & Charlene Bollinger.

Estas ideas en contra de la vacunación se encuentran más extendidas en los países más industrializados, en donde, aproximadamente, el 60 por ciento de los residentes piensan que las vacunas son seguras; la confianza cayó aun más en países como en Francia y Japón, después de los casos de la gripe porcina y el virus del papiloma; la confianza también es escasa en los antiguos estados soviéticos. Por el contrario, cerca del 85 por ciento de los africanos occidentales, y el 95 por ciento de los asiáticos, piensan que las vacunas son seguras. Así se desprende de un informe del año 2018 publicado por Wellcome Trust.

Esas cifras no se deben a que la gente de los países más desarrollados haya renunciado a la investigación médica (de hecho, afirman tener más confianza en los médicos, y en la ciencia, que las personas de los países menos desarrollados), sino porque, al parecer, las vacunas llevan consigo un alto grado de inseguridad, y un riesgo inasumible para muchos. Algunos opinan que la desconfianza hacia las vacunas ha tenido costes en relación con algunas enfermedades como el sarampión, que fue erradicada en la década de los años 1960, y que en 2019 la Organización Mundial de la Salud confirmó esa enfermedad en Albania, Gran Bretaña, República Checa, e incluso Estados Unidos.
Las vacunas modernas pueden contener componentes propios de la ingeniería genética, y pueden llegar a ser utilizados para reprogramar o modificar el genoma humano.
No obstante, es preciso poner de manifiesto que las vacunas modernas de estos tiempos no son como aquellas que se utilizaron para erradicar ciertas enfermedades antiguas, y por todos conocidas. Las vacunas modernas pueden contener componentes mucho más avanzados propios de la ingeniería genética como se desprende en este artículo y pueden, incluso, ser utilizadas para reprogramar o modificar el genoma humano, como ya se puso de manifiesto en un artículo reciente. Por lo tanto, la desconfianza de la gente con respecto a las vacunas modernas parece justificada o, al menos, entendible, pues, al parecer, se desconocen los riesgos reales de una posible utilización de la tecnología mencionada anteriormente en caso de ser utilizada. Hay ciertas preguntas que una persona debe hacerse antes de vacunarse:
- ¿Cómo funcionan?
- ¿Qué componentes llevan?
- ¿Qué función desempeña cada componente?
- ¿Son seguras?
- ¿Tienen efectos secundarios?
- Si pueden tener efectos secundarios ¿puedo negarme a ponérmela?
- Etc.
A medida que el covid-19 se propaga, según puede apreciarse en los medios de comunicación, las reticencias de la vacuna que se está preparando para combatir ese virus, crecen. Por otro lado, parece que no está claro que esas vacunas proporcionen inmunidad colectiva suficiente. Los riesgos, pues, son evidentes y nada desdeñables, y una vez se administre la vacuna del covid-19, ni el mundo ni las personas serán iguales. Además, ¿son conscientes las personas de que, después de esta vacuna, se elaborarán nuevas versiones a ser distribuidas entre la población? Es decir, no sería nada extraño comprobar que nuevas vacunas serán distribuidas entre la población a medida que pase el tiempo, como ocurre, por ejemplo, con la vacuna antigripal.
A lo anterior hay que añadir la extraña premura con que quieren administrar la vacuna contra el covid-19, premura no exenta de riesgos para la salud humana a todos los niveles, por mucho que se empeñen en afirmar lo contrario en los medios de comunicación.Pero ¿alguien se ha preguntado cuál es el recorrido de una vacuna? El recogido de una vacuna lleva años, no meses. A nivel informativo, a continuación se exponen unos gráficos que explican cual es el recorrido normal y seguro de una vacuna antes de ser distribuida entre la población, según el tríptico preparado por la International Federation of Pharmaceutical Manufacturers & Associations. Que el lector, y su salud, juzguen los hechos presentes y los que están por venir.



